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Vivir en paz tiene que ver en gran parte en donde yo concentro mis pensamientos.
Vivir en paz tiene que ver con una decisión en donde gasto mi energía. Hay un lugar donde la paz no se puede conmover, no es robada y está en el corazón de aquellas personas que han decidido concentrar sus pensamientos en Dios. El resultado de poner nuestra confianza en el Señor, en lo que él dice, lo que él promete es profunda paz.

Cuando uno experimenta temor es porque hay situaciones que pueden ser reales, esa son situaciones complicadas que nos despiertan el temor. Esto le sucedió al pueblo de Israel en el tiempo de Josafat. Se enfrenta a la noticia de que tres ejércitos vienen a atacar a su pueblo. Pero el rey decide poner su confianza y su esperanza en el Señor aunque la situación se veía bien difícil.

Pero cuando decidimos poner al Señor en primer lugar sucede el milagro. El Señor les dice:”…No se desalienten por este poderoso ejército, porque la batalla no es de ustedes sino de Dios.” Vencieron el temor y la ansiedad porque confiaron en el Señor.

La ansiedad viene a la vida de nosotros cuando estudiamos o pensamos peligros potenciales. Pero cuando somos paralizados no solamente por el temor sino la ansiedad, es porque le estamos dando peso a una visión hipotética de lo que el futuro puede traer para nosotros. Y esto de llama ansiedad.

Para vivir en paz necesitamos conocer el alcance del amor de Dios para nosotros.

¿Cómo vencer a estos dos enemigos?

Por naturaleza tendemos a abrazar más el temor que la confianza. Y esto lo arrastramos desde el mismo principio de la humanidad. Lo primero que experimenta Adán luego de la caída es el temor. La raza humana está acostumbrada al temor.

Pero Jesús vino a librarnos del pecado y sus consecuencias. Romanos 8 dice:” Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo…” y también Juan 4:18 dice:” En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.”

Esto significa que si estamos luchando con sentimientos de temor la solución es echar raíces profundas en el amor de Dios. Creer que él cuida de nosotros. En otras palabras, para vivir en paz necesitamos conocer el alcance del amor de Dios para nosotros. Que él está dispuesto a no darse por vencido con nosotros.

También debemos cambiar nuestra manera de pensar. La escritura dice que renovemos nuestros pensamientos. “Nuestros genes y nuestras experiencias tempranas pueden marcarnos en buena parte para manejar los retos de la vida con temor, pero tenemos que entender que nuestros genes y nuestro pasado no son nuestro destino.

Es nuestra responsabilidad de cambiar nuestros pensamientos y actitudes. Efesios 4:22 dice:”desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño.”
La verdad de lo que Dios quiere para nosotros no está en nuestro pasado, está en lo que Jesús dice hoy para nosotros.

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