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¿Es suficiente ser buenos para alcanzar la salvación? ¿Qué tan bueno deberíamos ser?





Yo la conservo colgada en mi closet, no para ocultarla no sino para verla.
Ninguna mañana sería completa sin la gratificante mirada a esta multitud de premios. Si alguna vez te ganaste una banda al mérito como chico explorador entenderás el afecto que les tengo.

Cada una de las insignias premió mi duro trabajo. Por ejemplo, crucé un lago para ganar la insignia en canoa, nade para ganar la insignia de natación y talle un tótem y gané la insignia de carpintería y tallado en madera.
¿Podría existir algo más gratificante que ganar insignias al mérito? Oh si, mostrarlas a todos lo cual hacía cada jueves cuando llevaba el uniforme de chico explorador.

Me convertí en cristiano más o menos por la misma época en que fui niño explorador. Para mí fue lógico asumir los grados de Dios en un sistema de méritos. A los buenos chicos se les premia. Con las personas buenas ocurre lo mismo, las buenas personas van al cielo.
Entonces decidí que debería reunir una multitud de insignias espirituales y una biblia dorada para leer la Palabra. Junté mis manos para orar, dormía en la banca para asistir a la iglesia tiempo.

La salvación del alma no se gana, es un regalo. Nuestros méritos no tienen mérito.


Pero algunas preguntas difíciles salieron a flote. Por ejemplo, si Dios salva a las buenas personas ¿qué tan bueno hay que ser? Dios espera integridad en el discurso, pero ¿qué tanto? ¿Cuál es el porcentaje permitido de exageración?

Imagina que se requiere un puntaje de 80 y yo hice 79 entonces ¿cómo saber tu puntaje?
Muchas personas se apegan al supuesto de que Dios salva a las personas buenas así que ¡por todos los cielos, sé bueno, sé ético, sé honesto!
Insignias al mérito. Pero ¿qué nivel de bondad es en realidad bueno?

Dios tiene una mejor idea. Escucha la siguiente invitación. Por mi gracia será salvado a través de la fe, y no lo serás por ti mismo. Este es un regalo de Dios, no contribuimos en nada.
La salvación del alma no se gana, es un regalo. Nuestros méritos no tienen mérito. La obra de Dios se merece todo.
Dios en su infinita bondad nos declara inocentes lo ha hecho a través de Cristo Jesús quien nos liberó de nuestros pecados, porque Dios envió a Jesús para recibir el castigo por nuestros pecados y satisfacer la ira de Dios en nuestra contra.

Ahora estamos bien con Dios cuando creemos que Jesús derramó su sangre sacrificando su vida por nosotros.
Dios no pasó por alto tus pecados solo los endosa, él no te castiga mucho menos te destruye, en su lugar encuentra la forma de castigar al pecado y salvar al pecador.

Gracias a Dios por el día que Jesús tomó tu lugar por el día de gracia que te pasó a ti.


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