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¿Qué sucede en nuestras vidas cuando las situaciones que pasan a nuestro alrededor parecieran no tener sentido, cuando se supone que hemos aplicado principios apropiados y somos golpeados por circunstancias que no sabemos porque pero nos suceden?
¿Qué es lo que hacemos cuando la vida no tiene sentido?

Si de no tener sentido se trata el tema, echemos un vistazo a la vida de José. Vendido por sus hermanos. Llevado como esclavo a Egipto. Acusado falsamente y prisionero por muchos años.

No demande el entender.
Aunque nosotros debemos tratar de entender lo que nos está sucediendo pero no al punto de demandarle al Señor una explicación. Proverbios 3: 5-6 “fíate del Señor y no te apoyes en tu propia prudencia.” José no había hecho nada malo.

Solo porque no tenga ningún sentido para mí no significa que no lo tenga. Solo porque no tenga ningún sentido ahora no significa que no lo tendrá más tarde. Quizás hoy no lo entendamos pero en años venideros tal vez sí.

No deje de ser fiel.

Aún cuando José no podía entender, él no fue un cristiano solo de buenas temporadas. Él no puso mala cara ni se enojó con Dios. El seguir sirviendo a Dios es lo correcto, aún en tiempos de poca claridad en nuestro camino.

Solo porque no tenga ningún sentido ahora no significa que no lo tendrá más tarde.

No dé cabida a la amargura.

Podemos ver en José un maravillo espíritu. Ni una gota de amargura en sus palabras. No permitió que la amargura llenara su corazón a pesar de ver que todo lo que le sucedía era injusto. Ni siquiera menciona a sus hermanos, tampoco menciona a la mujer de Potifar, ni al mismo Potifar para quejarse o maldecir. Se contenta con dejarlo todo en las manos de Dios. 1 Pedro 2: 20 “Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios.”

Una de las grandes pruebas de la vida es, no como reaccionamos cuando somos castigados por hacer lo malo, sino como reaccionamos cuando somos perseguidos por hacer lo bueno.

No desprecie la espera.
Cuando no entendamos las circunstancias no debemos impacientarnos ni desesperar. 1 Pedro 5:6 “Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.” Dios tiene su agenda. Él nunca se tarda pero tampoco de adelanta.

No deje que sus sueños se disuelvan.
No dudes en la oscuridad lo que Dios te ha revelado en la luz. Dios no falla. No le falló a José. No nos fallará a nosotros. No pierda la fe cuando la vida parezca no tener sentido. Siempre es temprano para rendirse.

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